Amadeo I de Saboya: Un rey sin sangre española

En el día 10 de febrero de 1873. Amadeo de Saboya (Amadeo I de España), abdica. Por lo que, el rey deja la vacante tras un gobierno de solo cinco años de duración. Todo ello como consecuencia de que Amadeo I, incapaz de encontrar salidas para los problemas surgidos en sus dos años de reinado, decide presentar su renuncia al trono de España. Para más inri, su principal apoyo, el general Prim fue asesinado al comienzo de su mandato.

Amadeo I de Saboya

Analizando la situación de este monarca, este, se encontraba harto desde su primer día en el gobierno. Demócratas, unionistas y progresistas no tardaron en separarse. Y, por si fuera poco, el progresismo se dividió en dos vías:

Por un lado, Ruiz Zorrilla encabezó al Partido Radical, aunque este se encontraba opuesto al régimen vigente, favorable incluso a la acción directa. Mientras que, por otro, el progresismo moderado. Dirigido por Sagasta, era una nueva formación que creía en la legitimidad del régimen y buscaba las vías reformistas. De hecho, su representación política se llama Partido Constitucional.

El clima político era un completo caos. Durante estos cinco años España tuvo hasta tres gobiernos distintos, a cada cual más inestable que el otro. No es que el sistema hubiera entrado en declive, es que el sistema nació y crecía en declive. Más allá de las formaciones políticas, la oligarquía tradicional, compuesta mayoritariamente por nobles y por la iglesia mantenía su fidelidad a la dinastía borbónica, pues Amadeo de Saboya era un rey decidido a canalizar las demandas de reforma liberal, como eran la separación de poderes, o la separación entre la iglesia y el estado...

Desde su llegada a España, Amadeo I no había contado con el apoyo de la nobleza ni de la Iglesia. La aristocracia siguió siendo fiel a la monarquía de los Borbones.

Artículo redactado por Álvaro Requero González